Entre las ruedas de una carreta

La danza y la música me han llevado a conocer destellos de una tradición que ha vivido oculta, al margen, olvidada. Madonna incluye acordes rom en sus espectáculos y en la última película de
Sherlock Holmes, Juego de Sombras, los protagonistas comen el tradicional estofado de erizos con una familia romaní en Francia, pero realmente qué sabemos de esta cultura. (Publicado en revista QUO, octubre 2011. Texto: Delia Angélica Ortiz. Fotos: Lorenzo Armendariz) http://quo.mx/2011/10/24/expediente-q/cual-es-el-origen-de-los-gitanos

Postales gitanas
Hace cuatro años, en San Luis Potosí, conocí a una gitana con pasaporte. Había viajado por Europa donde aún tiene familia. Fue a la India en busca de sus raíces. En sus postales de viaje, me contaba que al vivir con los hindúes, todo le resultaba familiar. Finalmente decidió regresar a Seattle, Washington, ciudad a la que su familia nuclear había llegado después de la Segunda Guerra Mundial.
La casualidad es el camino más directo para encontrar un gitano. “Kaj yas, roma rakhes”, dicen en lengua Romaní. “Donde quiera, encontrarás a un Rom”. Incluso en el Starbucks de la esquina de tu casa. Basta lanzar un “bajtalé" para que asientan y también te deseen “buena fortuna” en su lengua.
Shon Paramoosh creció en Estados Unidos. Vivió lejos de la discriminación de Europa, pero recuerda que a diferencia de los adolescentes promedio, ella y su hermana evitaban entrar a los centros comerciales, pues la piel dorada, los ojos color ámbar amielado, las largas cabelleras por debajo de la cadera y sus faldas al tobillo eran motivo para que un guardia de seguridad las vigilara todo el tiempo.
Cuando era pequeña, habría preferido vivir en México. Lo imaginaba como el mejor lugar para un gitano, porque además de que los mexicanos son amables, los Roma vivían en circos y viajaban por el país proyectando películas en los pueblos. “Sonaba como una vida muy buena para una niña”, decía. 
Andares de un pueblo
La palabra rom designa a diferentes grupos étnicos comúnmente conocidos como gitanos. Se dice que en México hay alrededor de 16 mil; en el mundo, se calcula una población de 12 millones. Se trata de un pueblo que ha deambulado por más de mil años, desde que salieron del norte de la India, la tierra madre de la que su lengua aún conserva algunas palabras y la estructura gramatical del hindi y el punjabi. La teoría lingüística formal de su origen se presentó en 1782, cuando el alemán Johan Rüdiger, investigador de la Universidad de Halle, Alemania, se dio a la tarea de analizar el habla de una mujer gitana.
Durante varias generaciones, los gitanos en México se dedicaron a dar funciones de cine ambulante; las películas que proyectaban influyeron en su comportamiento. (Tlajomulco, JAL)
El inicio del éxodo de las familias gitanas se identifica tras la ocupación de territorio indio por el sultán Mahmud de Ghazni, ciudad del actual Afganistán, que buscaba extender la religión musulmana. No obstante, Abraham Sándor, especialista argentino en cultura rom, precisa que esas comunidades de primeros gitanos no era originarios de India sino que habían llegado a esos valles durante las migraciones semitas de Medio Oriente. Existen investigaciones que identifican paralelismos entre las costumbres y las tradiciones romaní con las familias israelitas.
Durante mucho años, la tradición oral atribuye el origen nómada a una maldición. Se dice que fue un herrero gitano quien forjó los clavos para crucificar a Jesús. La penitencia: vagar eternamente. Otra leyenda cuenta que una mujer gitana robó el cuarto clavo de la crucifixión y evitó mayor sufrimiento a Cristo. En agradecimiento, Dios los consideró su pueblo favorito y les permitió las andanzas libres por el mundo.
A pesar de lo que muchas personas creen, no todos los gitanos bailan flamenco ni visten ropa moteada. Tampoco hay que esperar a la Yesenia, personaje de Yolanda Vargas Dulché popularizado con las telenovelas. El pueblo gitano tiene tantas variantes étnicas como cualquier otro: Rom en Europa del Este, Calé en España, Romanical en Reino Unido, Sinti en Europa Central, por decir algunos; todos con subgrupos propios, que a pesar de las diferencias dialectales logran reconocerse en una lengua común. 
Santiago Ixcuintla, NAY.
El movimiento colombiano Proceso Organizativo del Pueblo Rom ha identificado que los primeros gitanos llegaron al contimente americano con Cristóbal Colón, como parte de la tripulación. Se habla de una primera ola masiva hacia finales del siglo XIX, cuando familias ludar y romá llegaron procedentes de Hungría, Polonia, Rusia, Grecia, Bosnia, Yugoslavia, Turquía, Francia y Rumania;  pocos eran de origen español. A las guerras mundiales se atribuye otra ola de migración. 
El grupo mayoritario en México es el rom, dividido en kalderash, husos, grecos, xoraxai, xoropesti y hungaresdos. Los rumanos son ludar y conservan el nomadismo. Los ludar llaman gurbet a los rom y éstos se refieren a los ludar como boyhás, pero ambos se autodenominan “paisanos” para diferenciarse de los no gitanos.
Fascinación y miedo

Santa Ana Maya, MICH.
Es difícil adquirir los libros sobre gitanos en México. Es verdad que existen tesis de maestría y documentales, pero es material confinado a las bibliotecas –peculiar destino para un pueblo que prefiere el anonimato–. Están acostumbrados a vivir dispersos. Así es también en América. Les fue fácil acoplarse al nuevo continente, pero no han querido asimilar sus costumbres. Incluso, aquellos que se han asentados en ciudades suelen buscar trabajos que se apeguen a su tradición, sin emplearse como asalariados. Algunos atribuyen este desdén a la figura del “patrón” a la opresión que vivieron las familias gitanas esclavizadas en el pasado; otros sencillamente consideran que evitan formalizar relaciones que los obliguen a echar raíces. 
Suelen montar tiendas de antigüedades o talleres mecánicos o aceptan trabajos temporales. Es sabido que las mujeres salen a la calle a leer la mano. En México, algunos se han dedicado al arte, a la música y a la danza; otros más optaron por el comercio y la reparación de maquinaria pesada. Se conocen algunos relatos de familias gitanas en Veracruz, Jalisco y San Luis Potosí. 
En el Distrito Federal y en Estado de México hay una sólida comunidad, alejada de sus tradiciones originales por su inmersión con la religión cristiana evangélica. Son familias de origen ruso que se mantienen reservados, luego de que su patriarca Pablo Luvinoff fuera asesinado, presuntamente por otro subgrupo de gitanos que los extorsionaban. Nadie quiere hablar de eso.
Santiago Ixcuintla, NAY.
Los gitanos tienen fama de ladrones y robachicos. No les preocupa. Incluso fomentan esa historias como un mecanismo para ahuyentar a posibles agresores. En los barrios de Coacalco, los no gitanos, llamados gadjé en romaní, saben donde viven los rom. No falta quien afirma que las mujeres gitanas te roban la cartera si te niegas a que te lean la mano. Otros, por su parte, los aprecian como buenos vecinos y amigos, porque son cariñosos una vez que se les conoce. “Generamos fascinación, pero también damos miedo”, dice Morgan, quien pide que se le llame Bibi, porque en romaní se llama “tía” a las mujeres mayores. Como tener una gran familia es el fundamento de su cultura, en la comunidad, cada mujer es una tía y cada hombre será un tío; entre iguales se llamarán primos, hermanos o hermanas, aunque no lo sean de sangre.  
Baile, baile que baile 
Las bodas son, probablemente, la tradición más documentada. Para estos grupos, la ceremonia religiosa puede ser católica, cristiana, ortodoxa o musulmana, dependiendo del país en el que se encuentren, pero en la recepción habrá otros tantos rituales: baile para entregar a la novia que va vestida de blanco y coronada; baile entre los novios cuando éstos han sido ataviados con cadenas, collares, pulseras y anillos de oro; baile con un nuevo atuendo rojo tipo sari para la novia; baile, baile, baile y más baile.
La danza de los hombres es más vistosa, por el juego de pies y brincos en cuclillas, similar al estilo de las polcas rusas; el baile de la mujer es de hombros y torso, adornado por las manos. Es una cadencia, un sabor, un arte que se reconoce por igual en las familias que viven en Europa o en la colonia Del Valle.
El monoteísmo, una cosmovisión que implica espíritus puros e impuros y la adoración al fuego son pilares de sus tradiciones que mantienen herméticas. No comen animales que sean considerados impuros. Piensan que la parte superior del cuerpo es pura y usan un jabón para lavarla; usan otro de la cintura hacia abajo. Las sillas son consideradas impuras, la mesa es pura. Creen que, al morir, el destino final de un gitano será el paraíso.
Ciudad Guzmán, JAL.
Se dice que eran nómadas que venían del “Pequeño Egipto”, un lugar que no existe en el mapa; por eso se les llamó “egiptanos”. Con el tiempo, perdieron dos letras entre las ruedas de sus carretas. Para algunos es despectivo ser llamados gitanos o gypsies. Aunque están aislados de la sociedad y en algunos sitios son el grupo social con mayor pobreza, se muestran como un pueblo que no necesita más que el agua que va corriendo por el río y las estrellas en el cielo. Lo malo, quizá, es que su condición nómada también les ha arrebatado la posibilidad de documentar su propia historia.