Temas que jamás imaginé


En mi mapa mental jamás estuvo presente la industria. Hoy por hoy, soy una ferviente convencida que de todo se puede escribir. (Publicado en Manufactura. diciembre 2011)
Industria 2012
Pensando en el nuevo mapa industrial y comercial que se configura en el mundo, expertos apocalípticos y moderados presentan sus perspectivas de la industria mexicana para el nuevo año.
Con la necesidad de reactivar el mercado local y, paradójicamente, mantenerse como una de las manufacturas más atractivas para los mercados globales, en sectores como el automotriz, el aeroespacial y el electrónico, la industria mexicana tiene un panorama favorable para 2012; sin embargo, nuevamente, como hacen año con año, los expertos alertan sobre la urgencia de diseñar políticas industriales de largo plazo.  
“México está clasificado como el séptimo país más competitivo en la industria de manufactura y se espera que, en cinco años, mejore su posición al sexto lugar”, explica Gabriel Renero, socio líder de Manufactura para la consultora Deloitte México. Su ubicación es privilegiada para proveer al mercado norteamericano y sudamericano, dentro de un nuevo panorama global en el que la tendencia se inclina hacia la producción regionalizada.
De acuerdo con el estudio “Una nueva era: Aceleramiento hacia 2020. La transformación de la industria automotriz”, Deloitte aventura que el crecimiento de la industria manufacturera en los próximo años se dará en las regiones y los países que garanticen los mejores costos de producción. México está entre ellos.
“Moverse a regiones de bajo costo dependerá de dos fuerzas: costo y demanda. El costo de la mano de obra en economías emergentes continuará representando una fracción de lo que implica en países desarrollados”, se anota. “El crecimiento de la población en los mercados emergentes se aprovechará, acercando la producción a las fuentes de nuevos consumidores. China y América del Sur, por ejemplo, representarán más de 50% del crecimiento global para la producción de autos ligeros al 2015”
El panorama, sin embargo, es desalentador para quienes enfatizan que, desde hace  25 años, la tendencia de la tasa de crecimiento de la industria mexicana es a la baja. Académicos como Mauricio de María y Campos, director del Instituto de Investigaciones sobre Desarrollo Sustentable y Equidad Social de la Universidad Iberoamericana, incluso señalan que el país ha entrado a un proceso de “desindustrialización”.
“Se han perdido prácticamente seis puntos desde 1981, cuando la participación de la industria en el PIB alcanzaba 23%, pero en 30 años se ha reducido a 17%”, explica De María. “A finales de los años 80, México optó por un modelo de desarrollo industrial impulsado por las exportaciones, esto provocó crecimiento en las exportaciones, pero sin crecimiento  del PIB ni del empleo”.
Estamos en el “límite” para replantear a la manufactura mexicana frente al nuevo mapa industrial global, dice De María, quien fuera director de la Organización de las  Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), hace 18 años. Ante los nuevos escenarios, dice, podrían ensayarse esquemas de inversión mixta entre empresarios mexicanos con sus pares indios o chinos, pues actualmente la industria nacional depende solamente de inyección de capital extranjero.
“Hay sectores completos donde no ha habido inversiones en 25 años, como el sector petroquímico que depende de que el Estado haga sus propias inversiones en petroquímica básica y de eso depende que haya empresas privadas que entren a la petroquímica secundaria y encadenen a los productos finales”, agrega. “Necesitamos una política industrial que tenga dos pies: exportaciones con mayor contenido nacional y un mercado interno sólido”.
Renero, en cambio, considera que no es mala noticia que México tenga menor porcentaje en el PIB manufacturero. “Hay que entender el contexto de ese tipo de indicadores”, advierte. “Los países en desarrollo, generalmente, reducen el porcentaje de su PIB que tienen en industria manufacturera y crecen el porcentaje en las industrias de servicio. Esto habla del desarrollo que tiene México como economía y como país. No podemos decir que México está tan atrasado como lo estaba en los 80, en muchos sectores”.
“El mercado local, efectivamente, no se está recuperando, especialmente a partir de 2008”, coincide Renero. Explica que si se analiza la venta de automóviles, se encuentra por debajo de los niveles anteriores a la crisis. Aunque también enfatiza que en el sector automotriz, este año, México romperá reto de producción. “Ha sido un año muy difícil en términos económicos, a nivel global, por lo que el despunte en la industria manufacturera mexicana resulta relevante”.
En 2009, cuando México resintió una caída en sus exportaciones manufactureras, la calificadora de riesgo JP Morgan señaló que México tenía una importante oportunidad de negocio en la exportación de servicios hacia Estados Unidos, donde ese sector ocupaba 65% de su PIB, frente a 15% que representaba su PIB manufacturero.
El reporte mensual del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) confirma esta tendencia para México, tan sólo octubre de 2011 cerró con una reducción en 1.8 puntos en su indicador manufacturero, luego de cuatro meses de disminuciones consecutivas, ese mes cerró en 51.4 puntos. “Esta información confirma la expectativa de que el sector manufacturero mexicano seguirá creciendo en el corto plazo, pero lo hará con mayor lentitud”, señalaron en su boletín de prensa.
En tanto que su indicador no manufacturero aumentó 0.8 puntos y cerró ese periodo en 53 puntos. “Se confirma la expectativa de que el sector no manufacturero, que está integrado por empresas dedicadas al comercio y a la prestación de servicios, continuará expandiéndose en los próximos meses”. Datos que confirman que México podría apostar al mayor desarrollo de una amplia oferta de servicios, como inmobiliarios y de alquiler, de salud, educativos, financieros o de transporte, incluso con posibilidad de exportación.
Espejismo chino
China se han convertido en el taller industrial del mundo. Más allá de la manufactura de calzado y vestido, comienzan a enfocarse en productos con mayor innovación y valor agregado como son los autos híbridos y eléctricos.
“Dieron el gran salto en materia industrial porque andan en casi 50% de su PIB industrial. Nosotros, al revés, bajamos. Le dieron importancia a la exportación como un elemento de aprendizaje para el ingreso de divisas, pero nunca han dejado el mercado interno que sigue siendo el soporte fundamental de su política de exportación”, comenta De María.
Con la integración gradual de China e India a la economía mundial, millones de personas se incorporan a un mercado laboral que juega en una cancha internacional; de hecho, lo que ocurre en Asia impacta los patrones de producción, comercio, empleo y salarios en el resto del mundo. Aunado a la desaceleración del consumo en economías maduras como Estados Unidos y Europa, junto con el incremento en la adquisición de productos, bienes y servicios en Asia y America Latina, se está configurando un nuevo mapa industrial y comercial, según los análisis de las consultoras de negocios.
“Si nos vamos a los mercados que son los que están creciendo, como el mercado asiático, que es el que más va crecer en los próximos años, si –en México- tenemos déficit, entonces a quién le vamos a vender. No quiere decir que estemos acabados, quiere decir que necesitamos una nueva política industrial como lo están haciendo todos los países”, reflexiona el académico de la Ibero.
Consultoras como The Economist Intelligence Unit, en febrero pasado, estimaron que el PIB de la economía china continuará creciendo a niveles por encima de 8% anual, hacia 2015, mientras que para países como Rusia, Brasil y México ese crecimiento se estima en 3% por año. Se espera que el yuan pase del actual 6.76 por dólar a 5.7 para 2015.
“Del 2000 al 2010, el sector manufacturero mexicano ha tenido una década perdida”, dice Enrique Dussel Peters, coordinador del Centro de Estudios China-México de la UNAM. “No hemos sabido darle respuesta al masivo reto industrial manufacturero, tecnológico de innovación proveniente de Asia”.
En cambio, en Deloitte son más optimista. “No podemos compararnos con los chinos o con los hindúes”, dice Renero. “El tamaño de sus economías, por el número de gente que tienen, es totalmente diferente. Pero necesitamos planes estratégicos de desarrollo de mediano y largo plazo para desarrollar el mercado interno y los sectores industriales estratégicos. No planes anuales como se ve al día de hoy. México debe decidir en qué se quiere especializar y no ser manufactureros de todo”.
El año pasado, American Chamber México (Amcham) difundió el estudio “Foreign Direct Investment in Mexico: Is your investment safe?” – Inversión extranjera en México: ¿Está segura tu inversión?- para despejar las dudas que ha generado la inseguridad respecto al clima de negocios. “México se mantiene como una excelente opción para los inversionistas: el país tiene un sólido y creciente mercado interno, ofrece un ambiente de manufactura competitivo con una excelente localización geográfica”, consigna.
Amy Glover, directora Nacional de Relaciones Externas y Comités de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en México, explica que el costo laboral en China se ha incrementado en 20% en lo que va de 2011, lo que favorece a México en términos de mayor competitividad. “Más allá de eso, muchas empresas están reanalizando su producción en China por la distancia y por  las trabas en los procesos de negocios. China no es, necesariamente, un mercado fácil para operar. Mientras México tiene un desempeño muy favorable en los indicadores, así como ventajas en cuanto a tiempo para abrir un negocio”.
Entre las cualidades que el estudio de Amcham enfatiza para México están la proximidad geográfica, la seguridad jurídica que el Tratado de Libre Comercio (TLC) garantiza a los inversionistas, así como la mano de obra joven y capacitada. “Lo que mejor habla de la confianza que la comunidad internacional de negocios tiene en México son las recientes decisiones de inversión de compañías multinacionales”, anotan en referencia a la inversión de 600 millones de dólares que Nissan anunció para ensamblar el nuevo Micra en México, así como 550 millones de dólares por parte de Chrysler-Fiat para producir el Fiat-500 en su planta de Toluca.
“El comercio internacional no es un juego de suma cero. No se trata de que alguien pierde o alguien gana”, explica Glover. “México se ha beneficiado de  inversión extranjera directa que es mucho más permanente, porque las empresas establecen operaciones aquí, producen aquí, venden aquí, además de que muchas firmas también tienen operaciones en America Latina que es otro mercado interesante para México y que aún está sub-explotado”.
La posición regional privilegiada que México tiene a mitad de continente lo hace un destino más atractivo para manufacturar, incluso sobre Canadá o Brasil, de acuerdo con el reporte de Amcham. Mientras que puede encarar la competencia asiática con cualidades como la estabilidad del peso-dólar frente a la apreciación del yuan, el compartir usos horarios con Estados Unidos y la afinidad cultural occidental.
Promesas 2020
México se convertirá en un súper hub o gran centro de distribución aeroespacial, en la próxima década. Al menos así lo esperan los expertos en el sector, como Flavio Díaz Mirón, presidente de la de la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (Femia).
De acuerdo con datos difundidos por este gremio, México es hoy el décimo proveedor más grande del mercado norteamericano del sector aeroespacial. Es una industria que ha crecido 20%, desde 2002 -al terminar este año, está 12% arriba de como comenzó 2011-. Es un nicho que, en 2010, generó exportaciones por 3.5 mil millones de dólares y para 2016 se calcula que ese monto ascienda a 7.5 mil millones de dólares; todavía más, en 2020, generará divisas por 20 mil millones. Actualmente, genera 29 mil empleos que, en la próxima década, aumentarán a 120 mil.
Sin embargo, De María advierte que su principal debilidad es precisamente seguir el mismo modelo industrial del sector automotriz, pues se compone de firmas de capital extranjero, pero no existen grandes empresas mexicanas invirtiendo en innovación y desarrollo aeroespacial.
Experto en sector automotriz para la consultora Baker & McKenzie, Manuel Padrón explica que se trata de un tema de visión empresarial. “Aparentemente no hay en el horizonte, empresarios mexicanos dispuestos a invertir en productos mexicanos para la industria automotriz, como han hecho los coreanos, los chinos y los japoneses”, dice.
Pero el sector aeroespacial no es la única gran promesa para la industria mexicana. Sectores como el automotriz y el electrónico aún se mantienen pujantes. Otros como la producción de dispositivos hospitalarios -con un cluster en Tijuana y Mexicali donde se han instalado 40 empresas- colocan a México como el cuarto exportador de equipo médico en el mundo.  
Los entrevistados, sin embargo, coinciden en que es urgente definir cuál será la vocación industrial sobre la que se apostará en los próximo años, como están haciendo países como Brasil y, recientemente, Argentina.
En octubre pasado, el gobierno argentino anunció su “Plan Estratégico Industrial 2020” que apostará a la inversión y al fortalecimiento de sectores como maquinaria agrícola y desarrollo de software, con lo que se espera que la industria nacional crezca 7% cada año, durante los próximos nueve años, generando 1.5 millones de empleos y exportaciones por 167 mil millones de dólares, lo que impactaría su PIB en 5% de crecimiento anual. En México, sin embargo, aún no hay tanta claridad.
Tanto apocalípticos como moderados advierten que diseñar un plan de largo plazo es asignatura pendiente para evitar que los vaivenes mundiales decidan el futuro industrial, por eso la manufactura mexicana comienza 2012 con una necesidad inaplazable: definir rumbo.
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